Odontología
General

La caries es la enfermedad bucodental más común. Por ello, no es de extrañar que todos los pacientes, antes de iniciar un tratamiento de mayor envergadura (ortodoncia, implantes…) necesiten una revisión por parte del odontólogo general.

En el caso de que la persona padezca una caries, será el dentista quien paute cuál es el tratamiento más adecuado para eliminarla. Esta decisión dependerá de la profundidad y el tamaño de la caries.

Por ejemplo, si la caries es pequeña, se podrá solucionar con el tratamiento más sencillo: un empaste u obturación. Sin embargo, si la caries ha llegado hasta el nervio del diente, será necesario realizar una endodoncia.

La caries tiene su origen en la falta de cepillado. Por tanto, para evitarla es fundamental lavarse los dientes después de cada comida. Una vez que se tiene, es imprescindible impedir su avance. Para ello, se debe acudir al odontólogo general entre una y dos veces al año. Y es que, cuanto antes se detecte la caries, más rápido y sencillo será el tratamiento para curarla.

La gingivitis es la segunda enfermedad bucodental más común. En la mayoría de ocasiones, se manifiesta con un leve sangrado durante el cepillado o al comer. Por ejemplo, cuando al morder una manzana se ve un ligero rastro de sangre.

Al igual que la caries, la gingivitis tiene su origen en la falta de higiene bucodental. Si no se detiene, para lo que resulta imprescindible aumentar la frecuencia de cepillado, avanzará y se convertirá en una periodontitis.

Tal y como veremos a continuación, la periodontitis es una enfermedad grave que causa verdaderos estragos en la boca.

La periodontitis -también llamada piorrea- es la primera causa de pérdida de dientes. Y es que, en este punto, se debe desterrar la idea de que los dientes se pierden por la edad. La caída de dientes se produce por falta de higiene. Por ello, es completamente evitable.

La periodontitis es una enfermedad causada por el efecto de las bacterias en la boca. Es decir, lo que comienza con un leve sangrado acaba convirtiéndose en una enfermedad crónica y muy agresiva, que provoca daños irreversibles en encías, hueso y dientes.

Para evitar llegar a este punto es fundamental cepillarse los dientes después de cada comida y acudir al dentista entre una y dos veces al año para que realice una revisión de toda la boca.

De esta manera, podrá pautar una limpieza bucodental profesional cuando sea necesario, lo que evitará desarrollar gingivitis.

Y, en caso de que ya se parezca una periodontitis, podrá realizar un tratamiento más avanzado: raspados y alisados radiculares -también llamados curetajes-. Una vez más, cuanto antes se detecte la periodontitis, más sencillo resultará el tratamiento y menos posibilidades habrá de que la enfermedad vuelva a aparecer.